Carlos "Calín" Córdova
- cnbpem
- 27 ene 2021
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Actualizado: 12 nov 2022

Foto: CNB 1973. Calín Córdova, tercero parado de izquierda a derecha.
Carlos “Calín” Córdova Miyashiro, es un futbolista emblemático de Madre de Dios. Si bien desplegó su talento en los mejores equipos del departamento, el mandato de su corazón se ha quedado desde siempre con la celeste del CNB de Puerto Maldonado. Retirado ya del fútbol competitivo pero nunca de las canchas nos da un brochazo de su larga vida deportiva.
Calín considera que ya es tiempo que el fútbol en Madre de Dios vea una renovación de nombres y epopeyas, con nuevas generaciones a las cuales los más pequeños y pequeñas, puedan ir emulando o queriendo emular. “Este desafío lo dejo para los directivos y autoridades del departamento. Nuestra generación está dispuesta a apoyar en lo que sea necesario” enfatiza.
Los primeros años, luego de la creación del CNB, fueron los de mayor gloria para el club y el equipo. En el primer quinquenio de los 70 el CNB inició una racha de 4 campeonatos consecutivos en la Liga Departamental. El campeonato de 1972 confiesa con resignación, “no nos lo otorgaron oficialmente porque el partido final que terminó empatado contra el Miguel Grau, equipo conformado mayormente por policías de la desaparecida Guardia Civil, fue anulado, debido a que en el último segundo del partido se produjo una gresca monumental por un penal injustamente cobrado en contra del CNB”. El CNB con Calín en la cancha estuvo cerca de la gloria en 1974 cuando como representante departamental enfrentó en dos tiempos al histórico Alfonso Ugarte de Puno por un cupo a la Liga Profesional nacional.
“Teníamos el mejor equipo de todos los tiempos y la gente lo sabía”. El CNB creado por maestros y respaldado por la Asociación de Padres de Familia, como una extensión del Colegio Nacional Guillermo Billinghurst, buscó siempre ser un actor social , un grupo de cruzados por el desarrollo integral de la niñez y juventud, teniendo como locomotora el deporte. El espíritu que lo acompañaba era compartido desde siempre, primero por el alumnado, luego por los exalumnos, luego por padres y madres de familia, y sus hijos. La Banda de Música del Colegio, secundaba al equipo en cada partido y se instalaba en la sección derecha inferior de la vieja tribuna de madera del estadio. El talento y el aliento se enlazaba y el público y los jugadores vibraban, sobre todo, cuando se tenía que enfrentar a los más fuertes. En esos tiempos 1972-1975, los rivales a ganar eran el Miguel Grau, el Sacachispas y en menor medida el Deportivo Maldonado (no se enojen hinchas del DM).
La receta invisible para estos éxitos, además del talento de los jugadores y buen juego del equipo, residía en el soporte de una Junta Directiva de compromiso y convicción del máximo nivel, integrada entre otros por los profesores Alberto Solorio, Juan Aguilar, Saul del Castillo, Astocaza y Felipe Ayma, complementados por el abogado Villasante y el Presidente de la Asociación de Padres de Familia del Colegio CNB.
“El Alfonso Ugarte que enfrentamos en 1974 era un gran equipo, profesional, organizado y con recursos muy superiores al CNB”. En los dos partidos, el CNB sucumbió por 3-1, y aunque los números no son muy favorables, los partidos fueron luchados y parejos, cediendo siempre al final por la menor preparación y profesionalismo que se tenía (y se tiene) en el departamento. El año 1975, ese mismo Alfonso Ugarte, quedó en segundo lugar del campeonato nacional, por debajo del Alianza Lima de Cueto, Duarte y Gonzales Ganoza, participó en la Copa Libertadores de América en la que quedó tercero de su grupo, encima del Independiente de Santa Fe (Colombia) y con 6 puntos iguales que Millonarios (Colombia) aunque con mejor diferencia de goles, siendo primero Alianza Lima con 8 puntos. José Leyva, delantero del Alfonso Ugarte, a quien enfrentó el CNB, se había colocado como goleador del campeonato nacional descentralizado en 1974. “A un equipo de esta jerarquía éramos capaces de enfrentarnos y competir”.
Foto: Equipo que compitió contra AU de Puno. Calín es el tercer parado desde la izquierda.

Una de entre muchas anécdotas de la visita al Alfonso Ugarte en Puno, comenta Calín, fue que el entrenador del equipo sufrió una descompensación a causa de la altura y no había fondos para ambulancia ni nada parecido, “los jugadores tuvimos que llevarlo al hombro a la clínica, y como no tuvimos dinero para pagar, una vez que se hubo recuperado, huimos dejando la cuenta sin pagar”. Este hecho, visto a la distancia, revela las limitaciones y precariedades con que se jugaba. Pese a ello, “reconozco el enorme esfuerzo que los directivos hacían por llevarnos a esas instancias” puntualiza.
Los equipos de fútbol del departamento siempre han sido modestos. Si bien las Directivas se esmeraban en proporcionar buenos implementos deportivos, estos tenían que ser bien cuidados por los jugadores, sobre todo los zapatos de fútbol, de los cuales sólo se tenían dos pares por temporada. “Jugábamos por amor al juego, y por amor a la camiseta, sobre todo por la celeste del CNB, que representaba nuestro glorioso colegio” declara. La disciplina fuera de los campos ciertamente no era la mejor, y desde muy joven se tenía mucho apego por la vida alegre, la noche y la juerga. “Eso debe cambiar” acota Calín. En estos tiempos, la competencia y competitividad se ha incrementado dramáticamente en todo, y el fútbol no escapa a eso. En Madre de Dios, vamos rezagados.
En 1975 como parte de una política de renovación permanente del equipo, Calín junto con otros jugadores emblemáticos del equipo, deja el CNB e inicia un periplo por diferentes clubes de Puerto Maldonado y de ciudades de otros departamentos como Apurímac y Cusco. En su siguiente aventura, este grupo consolidado y articulado de jugadores le darían por tres años consecutivos (1976, 1977 y 1978) el campeonato soñado al Miguel Grau, siempre superando en las finales al CNB, lo que demostraría contundentemente la cantera de talentos que era y seguiría siendo la institución estudiantil muchos años más.
En 1979 es reclutado por el Club Deportivo Juventud La Joya, con el que también campeonaría superando consecutiva e indiscutiblemente en míticos duelos al Deportivo Maldonado. En 1989, se retira del futbol competitivo, con un palmarés de varios campeonatos logrados en la Liga Departamental de Fútbol de Madre de Dios, con una final definitoria para la Liga Profesional nacional y experiencia en Andahuaylas con el San Jerónimo y una temporada de 3 meses de entrenamiento con el Cienciano del Cusco. De esta última aventura, Calín nos confiesa, que podría haberse quedado en el equipo y desarrollado una carrera futbolística con perspectivas más auspiciosas, pero el arraigo a la tierra y a la familia, por un lado, y por otro la fortaleza mental necesaria, conspiraron en contra de ese proyecto. “Cuánto me alegraría ver a muchachos de nuestra tierra, dando esos pasos que yo no pude completar-Tenemos que ayudar a que así sea” complementa.
Con un grupo de amigos, todos futbolistas, organizó La Peña de los Jueves del CNB con los que se reúnen todos los jueves a jugar y a compartir. En tiempos de pandemia el grupo estuvo en pausa, aunque están experimentando con la idea de reunirse los sábados.
El mayor deseo de Calín en estos tiempos, es ver a su CNB de vuelta al nivel que solía tener y por qué no volver a tentar instancias profesionales. Para ello, tiene la convicción que una organización y conducción profesional en lo administrativo y deportivo, convocaría a todos los miles de billingurenses e incluso a los que no lo son, pero tienen un vínculo con esta entrañable institución educativa que junto con el departamento y su gente, merece mejores perspectivas.
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